lunes. 01.07.2024

Fraile era un buen hombre. Y Antón, también. Esa misma noche me escoltaron para salir de nuestro campamento y cubrirme hasta que llegamos a las primeras casas de Belchite. Luego, desaparecieron en la noche. Mi plan consistía en pasarme a los nacionales y llegar a Codo en un camión blindado que hacía el recorrido entre los dos pueblos cada mañana. Supuse que Codo estaría en alerta después de nuestra lunática aventura. Belchite, a cinco kilómetros, estaba en calma. El problema surgiría con mi identificación. La Guardia Civil –ahora Guardia Nacional Republicana- se había mantenido, en Barcelona, fiel al gobierno de la República. Yo era, para los defensores de Belchite, un enemigo.

Me sorprendió que no hubiera puestos de guardia en las afueras del pueblo. Avancé despacio, con un pañuelo blanco en la mano y los brazos en alto. Me interné por una callejuela. Continué la marcha, con mucho cuidado. De repente, escuché a mis espaldas un par de cerrojazos de Máuser. Y, por delante, una pistola que se amartillaba.

 

-¡Alto ahí! 

 

Surgieron detrás de mí cuatro soldados desde una de las primeras casas; un oficial, con un paisano, venían de frente.

 

-¡No te muevas!

-¡Guardia civil! ¡Arriba España!

-Y yo soy la Moños. No digas ni hagas tonterías –gritó el oficial.

-Mi alférez, aquí tiene.

-Tira eso al suelo. No te muevas o te frío.

 

Recogió mi documentación. Se acercó a la pobre luz de una linterna que portaba el paisano. Leyó los papeles.

 

-Guardia Civil. Brigada Martorell. Comandancia de Sants. Barcelona.Tú eres uno de esos traidores del coronel Escobar, ¿no? Ese miserable que se puso del lado de los anarquistas y del gobierno separatista catalán. 

-No, yo, no.

-¿Tú, no? Y ¿por qué habría de creerte, guardia?

-Mi alférez, le entiendo. Mire: yo tenía que tomar la emisora del Tibidabo, el 18 de Julio del año pasado. Con unos cuantos falangistas y un grupo de carlistas. No se presentaron y me dejaron solo en la carretera de Collblanch. Trabajo para la centuria de Luys Santa Marina. Y para la “brigadilla”. Me vine a este frente huyendo de la policía comunista. ¿Sabe lo de Mayo?

-Algo he oído, guardia. Pero todo esto me suena a cuento de hadas. Vamos a Comandancia, allí te interrogaremos bien. Tira las armas.

-No llevo.

 

No tenía muchas esperanzas de poder demostrar mi identidad. Pensé que dándoles información ahuyentaría sus sospechas. Por el camino, les conté todo el dispositivo del ejército rojo, situado más allá del Saso y de los páramos que rodean Belchite. 

 

-Mire, guardia, este frente lleva muchos meses muy tranquilo. Todo el lío de la guerra está ahora en el norte, en Santander y Asturias. Aquí no pasa nada. ¿Y quiere usted que me crea que lo mejorcito de los rojos se ha concentrado en esta estepa? ¡Vamos, hombre, que ya nos afeitamos!

 

Poco antes de llegar a la Comandancia de Belchite, se me ocurrió una idea.

 

-Oiga, mi alférez, los defensores de Codo son catalanes, ¿no? 

-Son los chavales del Tercio de Montserrat, sí, ¿qué pasa?

-Creo que conozco a algunos.

-¡No me diga! Podría usted tenerlos fichados como fascistas en la “brigadilla”.

-No, créame, por favor. Llamen a Codo y pregunten por dos, al menos.

-¿Quiénes?

-Uno se apellida Bach de Fontcuberta y el otro, Pagés Raventós. Creo que los he visto en el ataque de esta mañana.

-Vaya, vaya. ¿Estaba usted en ese fregado? Es la típica escaramuza de este frente. Otra prueba de que los Modesto, Líster, Campesino y demás ralea no rondan por estos andurriales. Si es como usted dice, hubieran atacado en masa. 

-Lo sé. Fue una locura. Pero le juro que ahí detrás hay, por los menos, quince mil hombres sin contar con los “internacionales”. Llamen a Codo y pregunten por esos dos chicos. Ellos podrán dar fe de que no le miento.

-No me fío, pero no perdemos nada.

 

En la Comandancia de Belchite me presentaron al capitán Santapau, que estaba al mando. Me pareció un hombre inteligente, pero impulsivo.

Repetí el informe sobre las fuerzas enemigas. Santapau me tomó más en serio.


 

No hay palabras para la guerra - Capítulo 17 [Parte 1]