miércoles. 03.07.2024

Contra la Leyenda Negra: la mentira de Ponce de León y la fuente de la eterna juventud

El periodista Manuel Trillo publica una concienzuda investigación sobre la figura del descubridor vallisoletano para el ‘The Hispanic Council’.

«Bajo esta estructura descansan los huesos de un león, más por sus grandiosas hazañas que por su nombre». El epitafio inscrito en el mausoleo de Juan Ponce de León, allá por Puerto Rico, no se desvía un ápice de la verdad. Las gestas de este hispano, grabadas en los cristalinos mares de Centroamérica, ensombrecerían las de otros héroes castizos como Francisco PizarroHernán Cortés. Sin embargo, el recuerdo que prevalece de él, eso que ha pasado de generación en generación, es su presunto viaje a La Florida en busca de un mito tan hueco como las mágicas aguas de la fuente de la eterna juventud. 

Una leyenda que, en parte, solivianta a  Manuel Trillo, autor de un extenso informe sobre la vida de Ponce de León para el ‘The Hispanic Council’.

«Es una falacia que viajara allí en su busca», explica en declaraciones a ABC. El periodista y divulgador, por el contrario, prefiere quedarse con ese espíritu indómito y aventurero que demostró el descubridor a lo largo de su vida. Ese carácter «que le impedía acomodarse» y que le llevó a sortear desventuras como un enfrentamiento directo con la familia Colón para explorar Puerto Rico y La Florida. Amén de toparse con las llamadas corrientes del Golfo en México, un hallazgo clave para el comercio del Imperio español.

¿Cómo pasa un rico granjero de La Española a querer embarcarse a Boriquén en busca de riquezas?

Estamos hablando de los primeros tiempos del descubrimiento y de la colonización del Nuevo Mundo. Ponce de León fue en esas oleadas iniciales, aunque no está claro del todo cuándo. Se apunta que llegó en el segundo viaje de Colón, aunque pudo ser algo más tarde. En aquella época la presencia de las gentes de nuestro país se reducía prácticamente a La Española y poco más. A partir de ahí, una vez que los españoles se afianzaron, empezaron a mirar más allá de su mero entorno. La isla de Boriquén, lo que hoy sería Puerto Rico, es lo que más cerca les quedaba. 

¿Cómo se enteró Ponce de León de las supuestas riquezas que había en Boriquén?

Muchos nativos iban y venían y contaban historias, a veces ciertas, a veces interesadas, sobre las riquezas que allí había. Eso fue lo que despertó el apetito de los conquistadores que estaban en la región de La Española, entonces al mando de Nicolás de Ovando, con el que tenía muy buena relación nuestro protagonista. Con él llegó a un acuerdo para trasladarse a Puerto Rico y explorar nuevas tierras. En realidad, con él y con el rey Fernando, pues no fue una iniciativa exclusivamente local. Se hizo a través de una sociedad con el monarca.

Sorprende que se embarcara en esta empresa cuando Ponce de León contaba con una gran hacienda, criados a su cargo…

Por lo que conocemos de su biografía, que tampoco es demasiado, era un hombre inquieto. No era una persona dada a acomodarse, era de una naturaleza emprendedora y, en cuanto se presentaba la oportunidad, la aprovechaba. Primero dio el salto a una tierra desconocida como era por entonces La Española; luego se embarcó en una serie de conflictos con los nativos; cuando obtuvo el terreno para levantar una casa solariega, fue a explorar y colonizar Puerto Rico y la Florida; también se enroló en una armada contra los caribes… En fin, era un sujeto emprendedor y enérgico. 

¿Cómo fue la lucha interna entre Ponce de León y la familia Colón?

La biografía de Ponce de León está muy marcada por las enemistades que se fue granjeando a lo largo de su vida. Con Diego, que aspiraba a hacerse con los derechos de colonización del Nuevo Mundo en base a ser familia de quien era, chocó de una manera frontal. El hijo de Colón quería ser el que explotara todo y desplazar los negocios que nuestro protagonista tenía con el Rey. Ambos se encontraron en La Española después de que se desplazara a Nicolás de Ovando. Allí se produjo el primer choque.

También habla de un proceso bastante desconocido que le obligó a devolver dinero a la Corona…

Le abrieron una investigación por cómo había manejado las cuentas que mantenía con Su Majestad y le obligaron a devolver una parte. Aunque más tarde se vengó y consiguió que el que le había puesto la multa le reintegrara el dinero.

¿Tuvo la familia Colón más oscuros que claros en este sentido?

No diría toda la familia. En este caso fue un conflicto particular entre dos personas. No me gusta juzgar quinientos años después quien era bueno y quien malo. Todos tenían sus ambiciones, sus intereses y maniobraban dentro de las posibilidades que tenían. A mi parecer, eso sí, Ponce de León actuó de buena fe, mientras que Diego Colón, en ocasiones, trataba de poner su voluntad por encima de la del Rey. El pulso lo tenía en realidad con la propia Corona.

Ponce de León es hoy conocido por el viaje en busca de la fuente de la eterna juventud. ¿Quién fue el culpable de que se generalizara este mito?

Es algo que menciono en el informe. La primera vez que se habló de la fuente de la juventud no fue durante la vida de Ponce de León, sino años después de su muerte, en las crónicas de Gonzalo Fernández de Oviedo. Este no tenía la mejor opinión del descubridor. Creo que hizo ese relato, un poco forzado, para señalarle. En la práctica, resulta muy exagerado decir que el español fue a explorar la Florida con el único propósito de hallar este lugar. No se refleja eso en la documentación histórica. En las cartas escritas por el conquistador, que se refieren al segundo de sus viajes, no se habla ni una vez de ello. ¿Que pudiera haber una leyenda sobre agua milagrosa rejuvenecedora como la ha habido a lo largo de la historia? Puede ser. Pero en ningún caso fue su principal motivo para viajar.

¿Han sido muchos cronistas los que han repetido este mito?

En efecto. Hernando de Escalante Fontaneda, por ejemplo, también hizo referencia a él. Lo gracioso es que, cuanto más se repite, más se exagera y más cala en la sociedad. Es normal, porque al final es una leyenda muy sabrosa. Hoy todavía se cuenta en las películas de Disney y ha servido como tema central de un parque temático. Es una historia que engancha muy bien, pero es una fabulación completa.

De hecho, usted lo tilda de falacia en el texto…

Sí. Es posible que existiera esta leyenda entre los nativos. Lo que es una absoluta falacia es que el motivo de que Ponce de León viajara a Florida fuera descubrir la fuente de la eterna juventud.

Hablando de Florida… En el informe habla de la importancia que tuvieron las corrientes del Golfo, que descubrió Ponce, para el Imperio español

Efectivamente. Esa zona se convirtió en una gran autopista para las riquezas que se trajeron desde el Nuevo Mundo a lo largo de los siglos. Fue precisamente en el primer viaje de Ponce de León a la Florida cuando, gracias al piloto Antón de Alamillos, se dieron cuenta de que las naves eran incapaces de avanzar a pesar de tener el viento favorable. Así descubrieron esa corriente del Golfo que tuvo una importancia capital para el comercio y el transporte entre América y la Península.

¿Ha sido el Imperio español esa suerte de bestia negra que dicta la Leyenda Negra?

Nadie debe juzgar con ojos del presente hechos del pasado. Por descontado hubo conflictos con la llegada de los conquistadores a América, como también los hubo –incluso con mayor crueldad– con los ingleses o con los franceses. La historia de la humanidad está plagada al final de guerras y de locuras. La clave es que los españoles no demostraron una especial crueldad con los nativos. Más bien al contrario. El imperio tuvo una relación bastante humana con ellos. Es cierto que hubo casos puntuales de personas ambiciosas que se aprovecharon de las oportunidades que tenían. Pero por eso se hicieron una serie de leyes, como las de Burgos, para controlar y evitar los excesos.

¿Se motivaron leyes para paliar los abusos desde la Corona?

Sin duda. Desde la Corona se intentaba poner freno a ese tipo de abusos. En la colonización española había un espíritu de humanidad, de tratar como personas a los nativos, cosa que en otras culturas no sucedía. Lo normal en el resto de países era someterles e interpretar que eran seres inferiores. Eso, aquí, no sucedía.

¿Y en el caso de Ponce de León?

Ponce de León no fue una persona inhumana ni insensible al sufrimiento o la condición de los nativos. Es verdad que los empleó en la explotación de minas y contó con ellos para ampliar su propia fortuna y la de la Corona, pero lo hizo a través del diálogo con los jefes de las diferentes tribus con las que se topó. Además, no se valió de los castigos atroces que tanto ha repetido una y otra vez la Leyenda Negra.

¿La destrucción de estatuas nace, entonces, del desconocimiento?

Del desconocimiento y de una serie de prejuicios ideológicos poco fundamentados en la verdad. Además de un afán de convertirnos en jueces del pasado cinco siglos después. De la historia debemos quedarnos con su legado, que es lo más importante. No digo que se aplaudan los abusos, invito a que se entienda todo en su contexto. La sociedad admira los acueductos aunque sepa que los romanos utilizaban mano de obra esclava. No se tiran abajo por ello.

¿Cómo deberíamos recordar a Ponce de León?

Lo fundamental es que era un emprendedor que no se detenía ante peligrosos desafíos. Solemos olvidar que los descubridores se enfrentaban a un mundo nuevo. Es como ir ahora a Marte, pero a ciegas, sin la información que han dado los satélites o las naves de exploración. En aquella época se tiraban al mar y a saber lo que se encontraban. Creo que el coraje de lanzarse a aventuras colosales como la exploración de Puerto Rico o de la Florida es digno de admiración. Por otro lado hay que valorar su legado. Es la figura que puso en el mapa y en la historia escrita todo un subcontinente en el que, con el tiempo, y gracias a la mezcla de culturas, surgió la primera potencia del mundo. Ese espíritu pionero es lo fundamental de su figura y del legado que nos ha dejado.

Vía ABC Historia

Contra la Leyenda Negra: la mentira de Ponce de León y la fuente de la eterna juventud