sábado. 28.09.2024

-¿Te había hablado de los comunistas, Val? 

-¿De los rusos? Sí, cariño. Conozco todas tus historias con los rusos. 

-No sólo hay comunistas en Rusia, Valerie, comentó Claude Harris condescendiente. 

-Aquí mismo los tenemos. ¿Recuerdas a Jordan, el mendigo? 

-¿No ha muerto Jordan, el mendigo? 

-No lo sé. No importa. Era comunista. 

 

Claude dejó escapar el humo entre los dientes y cuando continuó hablando todavía le salía humo rítmicamente, como si fuesen las señales de los indios en el horizonte abrupto de su cara. Lo cogió la CIA. Lo metieron en una celda de dos metros de largo por uno de ancho. Sin apenas aire, sin apenas comida. Se bebía los orines. Se comía las moscas. Me dijo que las moscas eran dulces. A sus padres también los represaliaron. Estuvo doce años en aquel agujero. Se volvió loco. Vino de España, Jordan. De Barcelona.

 

-No estaba loco, dijo Val, bajándose la minifalda. Jordan se acodaba en la barra y hablaba del muro y se reía. Se reía del muro. Ahora puedo comer sin un muro delante, tetona, me decía. 

-¿El muro?, preguntó Harris. Y prosiguió entornando los ojos: hay uno en Berlín, Val. Disparan a los que quieren saltarlo. 

-Pues habrá algún otro a este lado del Atlántico, darling. Aunque me temo que Jordan veía otro muro, uno muy oscuro, muy adentro. 

 

That until that day, the dream of lasting peace, world citizenship and the rule of international morality will remain in but a fleeting illusion to be pursued, but never attained…  

 

Claude Harris escupió saliva y restos de tabaco. Creyó oír la voz de Valerie preguntando algo. Su mente volvió a Europa. Berlín, los soviéticos, la propaganda. Sí, la misión con Pattee fue muy aleccionadora. Aprendió mucho sobre España y mucho más sobre la eficaz organización de la prensa comunista en el continente: desde La Voix Ouvrière de Ginebra, pasando por el Daily Worker de Londres, L’Humanité de París, Le Drapeau Rouge de Bruselas, el De Vaarheid holandés o el Mundo Obrero español, todos los países disponían de prensa afín y perfectamente manipulada por Moscú. Exactamente, entre otros, por un tal camarada Kolstov.

 

And until the ignoble and unhappy regime that now hold our brothers in Angola, in Mozambique, South Africa in sub-human bondage, have been toppled utterly destroyed, there will be war, war… 


 

Harris - Parte 5