miércoles. 03.07.2024

Geopolítica elemental: Turquía en el punto de mira

Los analistas políticos se complican la vida y la mente.

 

Y lo hacen por la sencilla razón de que todo especialista tiene que crear un espacio cerrado de conocimiento que le garantice el valor de lo que cobra. 

 

Todo especialista tiene que hacerse tan incomprensible como imprescindible.

 

Se trata de un mecanismo de defensa bastante rudimentario, pero tremendamente común. Que se lo pregunten a los informáticos.

 

El filósofo genial es aquel a quien se entiende. 

 

El escritor grande se expresa con sencillez.

 

La claridad es divina.

 

Pero el analista político, el filósofo y el politólogo son seres oscuros que tienen que enmarañar su discurso para que parezca que saben algo. Y desviar, de paso, la atención sobre aquellos que les pagan.

 

Dicho todo lo cual, pasemos al examen más elemental del golpe turco y de la situación internacional, teniendo como herramienta de análisis solo el primer gran principio de la geopolítica: ocupa el territorio de tu vecino o debilita a tu vecino tanto como te sea posible. 

 

Ceuta y Melilla se explican por este sencillo razonamiento. El apoyo de Francia a la ETA durante años, también.

 

Toda la política exterior estadounidense desde 1898 puede sintetizarse en ese principio, con el importante añadido de la cosa económica.

 

Así, los USA no pueden permitir que sus vecinos hispanoamericanos del sur sean potentes y prósperos: supondrían una amenaza. Ocuparon parte de México y luego han ido desangrando a esos países con guerrillas, narcotraficantes, golpes de estado, corruptelas de todo género y la ayuda de multinacionales del petróleo, del café o de la fruta. 

 

No es que los useños sean malos: todo esto ya lo hacían los antiguos asirios, los persas, los chinos, los romanos, los españoles, y todos los imperios que en el mundo han sido.

 

USA no puede permitir una Hispanoamérica fuerte y por eso apunta con saña y precisión al gran factor de unión real y potencialmente poderoso: el catolicismo. Rockefeller financia sectas de toda índole en América, y en España se emplean a fondo para imponer la ideología del lobby LGTB e impedir la creación de una fuerza política de derechas: para ello utilizan estructuras pantalla e infiltrados "conversos". Una España débil significa una Hispanoamérica sometida. El juego consiste en ir empujando a la sociedad hacia la izquierda creando partidos pseudocomunistas, que den mucho miedo, desde los laboratorios del tecnocapitalismo. O sea, Podemos. Luego el partido supuestamente "de derechas" hace las políticas de izquierdas que desean los amos del mundo y todo arreglado.

 

Controlada España, y con ella el occidente mediterráneo, la geopolítica obliga a los norteamericanos a tejer alianzas para el control de una zona próxima a su gran enemigo: China. 

 

No. El enemigo no es Rusia, ni Putin. Es China. ¿Sorprendidos? Sigan leyendo.

 

Putin juega el mismo papel que jugó Stalin con Roosevelt y Truman en los años 40 y 50. Una potencia que alimenta al lobby militar industrial de la otra en una carrera armamentística que nunca llegará al conflicto final porque se acabaría el negocio.

Mecanismo que descubrió Franco hacia 1953 y que explicó a Vernon Walters: "La URSS nunca invadirá Europa, general; es físicamente imposible". 

 

No olvidemos que, por la misma razón geoestratégica, el vecino chino es un enemigo de Rusia, con quien comparte una larga frontera muy militarizada. Putin jugará al ajedrez a dos bandas, pero en caso de peligro su prioridad son los chinos, que están al lado de Siberia y de los grandes campos energéticos. China y Rusia se temen. Y se alían o no, con mentalidad oriental, en función de las cambiantes circunstancias. 

 

Por su parte, USA teme a China. Los chinos controlan buena parte de la economía useña y militarmente han progresado mucho. Además, China no necesita a los americanos para nada. Los estadounidenses usaron primero al Japón y ahora a Corea del Sur como escudo económico -Corea del Norte es una mera provincia del imperio chino-. Dejar caer al Japón, cambiar a Sony por Samsung, es una cuestión que habría que preguntar en Wall Street, cuyos capos, a veces, no se ponen de acuerdo con el Pentágono.

 

Por otra parte, USA ha perdido las dos guerras que ha combatido contra los chinos por vía interpuesta: Corea y Vietnam. Y la tensión, ahora mismo, en el mar de la China crece por momentos. Aunque esta cuestión, que es la realmente peligrosa, queda para otro momento.

 

¿El islamismo? Es la excusa perfecta. Estados Unidos se ha aprovechado mucho y muy bien de una tendencia política que dejó de tener peso militar y poder real con el Imperio Otomano. Los informes de Lawrence, de hace un siglo, sobre los árabes son demoledores: solo Turquía era peligrosa. Y Turquía, muy fuerte en lo militar, cae por la intervención de la masonería a través del masón Kemal Ataturk, que lleva al país hacia el lado "correcto". 

 

Erdogan tiene que mantener la ficción de un islamismo más o menos radical, siendo el segundo ejército más poderoso de la OTAN, porque eso beneficia a los americanos en contra de los rusos: mantiene la tensión de un modo poco peligroso, pero latente -en Chechenia y el Cáucaso, por ejemplo-. El golpe ha reforzado a Erdogan y le ha supuesto un aviso: con Rusia lo tenemos todo pactado, no hagas demasiadas tonterías. Y, sobre todo, pone en riesgo a China con la minoría uigur, musulmana y levantisca. 

 

No es casual que el "golpe" se produjese una semana después de la visita de Obama al frente occidental -España- y con Kerry y Putin al mando de la situación en Moscú. Por otra parte, el ideólogo euroasiático Alexander Dugin, un "think tank" en sí mismo, daba una conferencia en Ankara el día anterior, el 14. ¿Dugin, el antiamericano? Oh, sí. Todo atado y bien atado. Turquía es un socio fiel de la OTAN y Erdogan lo ha entendido.

 

El control de Asia Central está en juego. Mera geopolítica. Se trata de ponérselo difícil a los chinos y a los persas. Ellos sí que están en el otro bando.

 

Una clave fundamental para concluir:

 

"Usted tiene que mirar el panorama general. Después de la caída de la Unión Soviética, las súper-potencias comenzaron a luchar por el control de Asia Central, en particular por la riqueza del petróleo y del gas, así como por el valor estratégico de la región. Considerando la Historia, y la desconfianza de Occidente, Estados Unidos comprendió que no podría conseguir el control directo, y por lo tanto tendría que usar un delegado para conseguir el control rápidamente y con efectividad. Turquía era el delegado perfecto: un aliado de la OTAN y un régimen marioneta. Turquía comparte la misma herencia/raza que la población entera de Asia Central, la misma lengua (túrquica), la misma religión (Islam sunita), y por supuesto, la posición estratégica y la proximidad." (Marco Liotto, 2003)

 

Por lo demás, las similitudes del "golpe chapuza" con nuestro 23F son evidentes. Se consolida un régimen y se detiene o ejecuta a los incautos que se han desenmascarado. Otro truco muy viejo.

 

No se escandalicen. Todos estos manejos, insisto, los hacía España en el siglo XVI, cuando no se ponía el sol en nuestro imperio y el embajador español en Londres o París mandaba más que los reyes de aquellas tierras.

 

Post Scriptum: reproduzco un par de fragmentos de una carta del año 2011 del agente Marco Liotto, ya citado, vinculado a la Red Gladio: el equivalente italiano a los Lobos Grises turcos, uno de cuyos miembros era Ali Agca. Lo explica casi todo... Hace cinco años.

 

"La coordinación con el movimiento de Gülen está vinculada a proyectos recientes de confrontar a China por medio del apoyo a grupos partidarios de la independencia de los uigures, una minoría predominantemente túrquico musulmana de Xinjiang, en China del Noroeste. La conspiración de la CIA llegó a un punto crítico en Julio de 2009 con una serie de choques violentos que hicieron erupción entre los uigures por un lado, y la policía estatal china y residentes chinos Han en Xinjiang, por otro. Como también fue declarado en 2004, en cuanto a los movimientos separatistas en Xinjiang, según TurkPulse: "Uno de los instrumentos principales que Washington está usando en este asunto a fin de implicar a Turquía en la cuestión de Xinjiang, son algunos estadounidenses turcos, principalmente Fethullah Gülen".

 

Y otro, aún más sombrío:

 

"Las ideas del filósofo ruso Alexander Dugin, en particular aquellas sobre 'una alianza turco-eslava en la esfera euroasiática', se han hecho recientemente populares entre ciertos círculos nacionalistas en Turquía, principalmente entre presuntos miembros de Ergenekon. La figura más prominente es Dogu Perinçek, líder del Partido de los Trabajadores y un socio de Dugin, que en 2008 fue detenido por sospecharse que era un miembro de Ergenekon. Perinçek combina el kemalismo -de Kemal Ataturk- con el marxismo, pero es también un neo-eurasianista, lo que quiere decir que él se esfuerza por una alianza entre Turquía, Rusia, Irán y las repúblicas de Asia Central contra el hemisferio occidental.

 

A pesar de sus afirmaciones de constituirse como un obstáculo para el imperialismo estadounidense, el neo-eurasianismo está alineado con los diseños estadounidenses recientes en Asia Central, mediante la ayuda a la red de Fethullah Gülen y sus vínculos con la Contra-Guerrilla, quienes han estado actuando como una pantalla para la CIA en la radicalización de Asia Central, involucrando tráfico de drogas, blanqueo de dinero, mercado negro nuclear y terrorismo bajo bandera falsa. Los ideales del pan-turquismo propugnados por Gülen, como un proyecto aparente de crear un Califato pan-islámico a ser gobernado desde Turquía, son simplemente parte de la estrategia estadounidense post-Guerra Fría para controlar Asia Central con el objetivo de contener a Rusia y, en especial, a China."

 

Turquía ha trabajado muy bien en las últimas horas las redes sociales e internet. Vean la entrada sobre la red Ergenekon: https://es.wikipedia.org/wiki/Red_Ergenekon

 

Y sobre el golpe, en ese mismo enlace. Un sorprendente prodigio de rapidez y eficacia.







 

 


 

Geopolítica elemental: Turquía en el punto de mira