domingo. 29.09.2024

25 nocivas consecuencias de las políticas climáticas

Frente a las visiones tan idílicas como falsas (¡millones de empleos verdes!) sobre las repercusiones que producen las políticas climáticas en muy diversos aspectos de nuestras sociedades, a continuación efectúo un breve recuento de aquellas 25 consecuencias que los ecologistas -y diversos estados- se empecinan en mantener en el olvido de los ciudadanos.
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A – Modelo de sociedad y administración internacional

1) Casi todas las medidas climáticas propuestas –y las que ya se están aplicando- suponen un gran aumento de la intervención pública en la economía y en la sociedad, arrinconando la economía de mercado y, con frecuencia, las libertades individuales.-

Los sectores de la población occidental que hasta agosto de 1991 –cuando se produjo el hundimiento de la Unión Soviética– propugnaban los modelos socialistas y comunistas, y odiaban el capitalismo, no desaparecieron, sino que se transformaron y constituyen hoy en día la fuerza decisiva tras el ecologismo radical y las políticas climáticas.

El ecologismo radical contemporáneo es un movimiento sandía: verde por fuera, rojo por dentro.

2) La libre elección de los consumidores está siendo seriamente restringida, y se la sustituye por mandatos (de obligado cumplimiento) y prohibiciones de las autoridades nacionales y de organismos internacionales.-

El empeño de las administraciones nacionales y municipales por imponer los automóviles eléctricos es el caso más emblemático, pero no el único. Las prohibiciones de entrar en los centros urbanos, son unas de las varias muestras del abuso que se está practicando.

Han creado una gran confusión entre los consumidores, pero no lograrán su objetivo. Los coches con motores de gasolina y tipo diésel seguirán siendo la inmensa mayoría hasta bien entrada la segunda mitad del siglo, salvo en algún pequeño país occidental, obnubilado por la corrección política, como Noruega, país al que en pocas ocasiones conviene que imitar.

Pérdida de competencias nacionales y burocracias no controladas

3) Importantes aspectos de la soberanía nacional serían traspasados, de hecho, a descomunales burocracias internacionales, de Naciones Unidas.

La determinación del mix energético de los países, el ritmo de su crecimiento económico nacional, buena parte de los hábitos de consumo y de vida de sus ciudadanos, la determinación de las prioridades de sus políticas nacionales (con independencia de quien ganase las elecciones) y un largo etcétera de asuntos.

Organismos internacionales que ya están manejando muchos miles de millones de dólares US en la actualidad, cada año, y que en el futuro se mediría en cientos de miles de millones de US$. Organismos que actuarían a su aire, sin apenas control externo, por parte de gobernantes electos.

Organismos que operarían con la misma impunidad con la que, hoy en día –según dicen quienes están al tanto- actúa la masonería con la organización de ayuda a la infancia UNICEF, como si se tratase de su finca particular.

4) Tal como viene sucediendo desde hace décadas (con todo el grupo de NNUU y otros), dichos organismos internacionales escaparían básicamente a una efectiva supervisión de las cámaras y administraciones constituidas por representantes de los ciudadanos, como los parlamentos y gobiernos nacionales (en los países democráticos, al menos).-

La idea de constituir una especie de gobierno mundial, ya sea para combatir el cambio climático o para cualquier otra finalidad, es de las peores que se puede imaginar. Descomunales burocracias influyendo en casi todos los aspectos de nuestras vidas, al margen de un efectivo control por nuestros representantes elegidos, con la ineficacia y corrupción correspondientes.

Libertades restringidas y empobrecimiento general

5) Restricción a la libertad de pensamiento en la sociedad en general y, en particular, en los ámbitos científico y universitario

La ciencia del cambio climático está ya establecida. No hay nada que discutir, sólo hay tiempo para ACTUAR.

6) Están empeñados los ecologistas en que los ciudadanos tengamos que aceptar todo su paquete de medidas climáticas extremas, renunciando a gran parte de los avances en nuestras condiciones de vida desde la Segunda Guerra Mundial.

El ecologismo radical actual es muy retrógrado: le estorba la Humanidad y las innovaciones técnicas que no vayan en su dirección: hacia atrás, como los molinos de viento que se abandonaron hace siglo y medio por ineficientes. Hoy los aerogeneradores han mejorado mucho, pero siguen adoleciendo de gran ineficiencia energética: si no fuera por las subvenciones que reciben, apenas se instalarían un puñado de ellos.

7) Los ecologistas radicales intentan por todos los medios impedir que nadie reniegue del culto pagano a la Naturaleza, a la Pachamama -o Madre Tierra- de los indígenas bolivianos y de otros países suramericanos, pueblos con creencias sumamente primitivas, originarias del Paleolítico.-

Los creyentes del ecologismo radical, han convertido su fervor por la lucha climática en una nueva religión laica, definiendo los Mil Mandamientos ecologistas (repletos de prohibiciones), en esos ridículos remedos de catecismos sobre “Qué puedes hacer tú para Salvar el Planeta”. Su celo de gran secta, les hace intransigentes (inclusivos, dicen ellos), fanáticos y rabiosamente anticientíficos.

Acaudaladas organizaciones ecologistas y los lobbies de las renovables

8) Los lobbies ecologistas radicales (Greenpeace, WWF, etc.) se han convertido ya en opulentos  y multimillonarios grupos de presión, que persiguen –ante todo- mejorar sus beneficios económicos y su poder sobre los estados y naciones.-

Una nueva variedad de personas adineradas, los multimillonarios verdes, se han sumado a este proyecto de controlar a su gusto las condiciones de vida en todo el mundo.

9) El sector de las energías renovables, debido sobre todo a las colosales subvenciones públicas que recibe desde hace décadas, constituye ya un potente grupo de presión privado, que no tiene nada que envidiar al de los combustibles fósiles.-

Pongamos por ejemplo el año 2018, en el que las subvenciones a estas energías intermitentes llegaron a sumar en el mundo 162.000 millones de US$, según la Agencia Internacional de la Energía.

Partidos de derecha ofuscados y los que aciertan

10) Los partidos políticos de derecha que, como los europeos y el del Presidente Piñera en Chile, han adoptado plenamente esta política radicalmente intervencionista, en el vano y suicida intento de “arrebatarle a la izquierda esta bandera”, en realidad están haciéndole el juego a la izquierda y han abandonado su papel esencial de ofrecer alternativas a las políticas del pensamiento único de la izquierda contemporánea.

Por el contrario, la actitud acertada ante esta colosal maniobra de la izquierda la representa el Partido Republicano de EE.UU., cuyos presidentes, senadores y gobernadores llevan décadas poniendo freno a estas disparatadas políticas, con bastantes resultados: por ejemplo, el Protocolo de Kyoto sobre el Clima, de 1997, nunca llegó a ser ratificado por el Senado de EE.UU.

Donald Trump, por su parte, prosiguió y ahondó esta duradera y atinada actitud de los republicanos, sacando a EE.UU. del desastroso Acuerdo del Clima de Paris, en 2017, provocando la euforia entre todos quienes nos oponíamos a esta campaña mundial izquierdista.

También es un ejemplo muy positivo el actual gobierno de Australia –del Primer Ministro Scott Morrison del Partido Liberal (de caracter conservador)- que está dando prioridad a suministrar electricidad barata y fiable (sin apagones, ni interrupciones) a las familias y empresas. El hartazgo con las renovables, está muy generalizado en dicho país. Por el contrari, existe un gran apoyo a que se continuen explotando los grandes yacimientos de carbón, que dan empleo a decenas de miles de trabajadores bien pagados.

Por su lado, los gobiernos recientes de Polonia (dirigidos por el partido de derecha Ley y Justicia, contrario al pensamiento políticamente correcto de la Comisión Europea), está defendiendo el uso prioritario del carbón -del que dispone de grandes reservas, suficientes para muchas décadas- en la generación de electricidad. Al tiempo, para reducir las emisiones -como insiste la buenista Comisión Europea- en 2011  el Parlamento de Polonia reformó la Ley Nacional sobre Energía Nuclear (con un voto 407 a 2 diputados: unánime), que le permitirá construir, al menos, 6 reactores nucleares, el primero de los cuales debe ponerse en servicio en 2033.

Polonia, además, está recortando cuanto puede los disparates climáticos propuestos por la Comisión Europea y el centrista Presidente francés Macron. En esa labor de defensa de los intereses nacionales frente a las políticas climáticas, Polonia suele contar con el respaldo de otros varios países de Europa Oriental con yacimientos carboníferos, gasísticos o centrales nucleares, como Hungría, Chequia, Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria, etc.

B – Energía

11) La primera consecuencia de las políticas climáticas es un colosal y permanente encarecimiento de la electricidad y de los combustibles, para los ciudadanos.-

La electricidad generada por las energías renovables (eólica, fotovoltaica …) sigue siendo varias veces más cara que las procedentes de las energías convencionales (carbón, gas natural, hidráulica, nuclear …). Por otro lado, impuestos sobre el carbono –como el de Francia y Chile– graban fuertemente los combustibles para los vehículos, el gas para la calefacción de los hogares, etc.

Vía A Orillas del Potomac

25 nocivas consecuencias de las políticas climáticas